Las series para medios digitales (SMD)

No estoy seguro si este es el nombre correcto porque últimamente se ha encontrado cuestionable el término audiovisual como concepto que engloba los discursos de la televisión, el cine y la radio (sin mencionar por lo pronto otros medios que ya dejaron de ser nuevos y que han generado sus propias ramificaciones semánticas). Que no sean “producciones audiovisuales” tiene que ver con el propio termino “audiovisual” que la academia reconoce como un producto de audio con algún tipo de soporte visual sea fotografía, video o animación.

Sobre esto me llamó la llamó un colega y académico amigo mío que defiende un término más apropiado para lo que hacemos: “multimedia”. Para mi sorpresa, la Academia de la Lengua lo entiende de este modo. Me he sorprendido por mi falta de previsión, no porque crea que mi amigo (y la Real Academia) estén en un error.

De tal suerte, quienes creamos productos culturales con el uso de la imagen en movimiento (sea capturada por dispositivos creados para tales fines o creadas digitalmente) o el sonido o ambos, con propósitos de comunicación masiva a través de los medios tradicionales como salas de cine, la radio o la televisión, a través de medios sociales o canales streaming conocidos en inglés como VOD (Video on Demand), generamos multimedia. Multimedia quiere decir “medios múltiples”. Media es el plural latino de “medio”.

El concepto “multimedia” debería incluir cualquier obra con dinámica interactiva como la navegación entre contenidos, la elección de opciones y el uso de inteligencia artificial (AI), entre otros.

Esta es, digamos, la base para la discusión que me interesa: la SMD o series creadas para canales VOD.

Existen varias consideraciones sobre lo que para mí es un hecho tácito: la SMD es un nuevo lenguaje que ha generado un nuevo medio: el canal streaming. Procuraré explicar de qué hablo sin extenderme demasiado, aunque es un asunto que realmente lo amerita y que me conducido a importantes variaciones en mi percepción de los discursos multimedia.

La SMD es un nuevo paradigma porque ha introducido nuevos grados de libertad en la producción de contenidos multimedia. Consideremos en primer lugar el modelo de negocio porque mientras la televisión necesita segmentación y franjas horarias, los canales streaming se limitan a colocar sus contenidos estableciendo microsegmentaciones por tendencias en la navegación y visionaje de los diversos generos. Aquí juega un papel definitivo la capacidad interactiva de los sistemas basados en internet o en aplicaciones (las aplicaciones como modelo de negocio y cambio de paradigma merecen un artículo aparte).

Como escritor y director de cine, mis argumentos más importantes van en otra dirección. La SMD es una maravillosa combinación de novela literaria (profundidad, extensión y libertad creativa), cine (producción basada en locaciones, necesariamente finita y detallista) y televisión (serialización y continuidad). Es el sueño de cualquier escritor y de cualquier cineasta que preferiría mantenerse al margen de las angustiosas producciones de dudosa calidad y extensiones desgastantes como la telenovela.

Otros argumentos importantes son la eliminación de los cortes comerciales (un criterio que hay que contemplar desde el guión cuando se escribe para la televisión. Todavía se pueden ver en muchas de las series que se exhiben en medios digitales VOD como Netflix, HBO GO, Amazon… Como escritor se puede trabajar en estructuras sin cortes como la cinematográfica permitiendo una fluidez interna de mayor elegancia.

El modelo de negocio basado en la SMD es una importante nota a su favor. Mientras que para la televisión (especialmente para la televisión abierta) hay que darse a la tarea de conseguir un distribuidor, por ejemplo un cana) y después otro y luego irse a mercados donde alguna cadena se interese en distribuirlo adquiriendo los derechos, en los medios digitales una vez que se ha logrado interesar a un canal basado en streaming, la serie queda a disposición permanentemente del consumidor final.

Por supuesto, está el componente económico porque basado en lo que se conoce como cola de demanda (queue demand) la serie o película toma mayor valor y capacidad de generación de royalty.

Tal vez sea una buena idea producir para el mercado local. De hecho es una buena idea si es un mercado grande. Aún así, la posibilidad de llegar a un público mundial con un producto cultural de alto valor coloca a la SMD en la situación de la novela literaria de principios de siglo XX.

Es una perspectiva que definitivamente no quiero marginar.

Un par de publicaciones que pueden resultar útiles

http://www.cnnexpansion.com/lifestyle/2015/08/03/como-hacer-una-serie-de-netflix-a-la-mexicana

How To Sell A Movie To Netflix Like A Boss